jueves, 10 de noviembre de 2022

IGUALDAD DE GENERO EN LA AGRICULTURA

Existen cinco dimensiones que pueden medir la igualdad de género en la agricultura: derecho a la tierra, acceso a recursos productivos, trabajo no remunerado, el empleo y la toma de decisiones. Las relaciones de género son las formas en que una sociedad define los derechos, las responsabilidades y la identidad de los hombres en relación  con los de las mujeres y viceversa. (Adrián Victoria)

 


A pesar de que la contribución de las mujeres al bienestar de la familia y la producción agrícola es considerable, los hombres controlan en gran parte la venta de cultivos y animales así como la administración de los ingresos. La infravaloración de su trabajo reduce a las mujeres como agentes pasivos de las transacciones económicas, la asignación de los recursos familiares y la toma de decisiones en el ámbito de la comunidad. (Dalia Cruz)

Para la FAO, la igualdad de género implica condiciones de igualdad entre hombres y mujeres respecto a la participación en la toma de decisiones; la capacidad de ejercer los derechos humanos; el acceso a los recursos y beneficios del desarrollo así como su administración; y las oportunidades en el ámbito laboral y en todos los otros aspectos de sus medios de vida. (Ivanna Huicochea)

La equidad de género significa justicia e imparcialidad en el trato de las mujeres y los hombres por ello La FAO ha incorporado la equidad de género el acceso a los recursos, bienes, servicios y toma de decisiones entre sus objetivos estratégicos principales en materia de agricultura y desarrollo rural para los próximos 10 años. 

Mediante la creación de relaciones sociales en las que ninguno de los dos sexos sea discriminado, el objetivo de la equidad entre géneros consiste en mejorar las relaciones y las funciones de género así como en el logro de la igualdad de género.  La esencia de la equidad no reside en el tratamiento igualitario: el tratamiento puede ser igual o diferente pero siempre debería considerarse equivalente en términos de derechos, beneficios, obligaciones y oportunidades.  (Paola Cuevas)



El análisis de género es el estudio de las diferentes funciones de las mujeres y los hombres con el propósito de entender qué hacen, de qué recursos disponen y cuáles son sus necesidades y prioridades. La FAO utiliza el análisis de género para abordar las diferencias existentes dentro de las comunidades y hogares rurales en cuanto al acceso y el control de los recursos y la adopción de decisiones, el análisis de género ayuda a los planificadores a evitar los costosos errores del pasado y a elaborar programas y proyectos eficaces y equitativos. (Evelin Moreno)

Significa que tanto los hombres como las mujeres participan activamente en los órganos de adopción de decisiones, incluidos los que gestionan los servicios e infraestructuras de la comunidad Para las Naciones Unidas, el equilibrio de género es fundamental para lograr la igualdad, el desarrollo y la paz. Para que esto se consiga en la agricultura y el desarrollo rural, es necesario que las comunidades, los gobiernos y los organismos de desarrollo internacionales emprendan acciones concretas.

 La FAO trata por alcanzar el equilibrio de género mediante el empleo de mujeres entre su personal de primera línea en sus proyectos de desarrollo. En el seno de la FAO, la proporción de personal profesional femenino ha aumentado del 23 % en 1994 hasta el 40 % en 2009.   (Emanuel Quintana)

La incorporación de la equidad entre géneros se ha convertido en un objetivo estratégico de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Para alcanzar la visión de la FAO de un mundo sin hambre y malnutrición, su nuevo marco estratégico establece una serie de objetivos que definen los resultados que deben lograrse en la próxima década, por países, regiones y en el mundo.  

El objetivo estratégico K –“Equidad entre géneros en el acceso a los recursos, los bienes, los servicios y la toma de decisiones”– responde a la sobrecogedora evidencia de que la desigualdad de género agrava la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza. Según la FAO, las estrategias en pro de la agricultura y el desarrollo rural no siempre benefician a la población rural, en especial a las mujeres, sino que en ocasiones incluso a crecentan las desigualdades existentes.  (Jade Gante)


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